Teoría Inorgánica
Según los trabajos de Berthelot (1866), Mendeleiev (1897), Moissan
(1902), la formación de los aceites minerales, se deberían a la descomposición
de carburos metálicos por la acción del agua. Las aguas de infiltración, en
contacto con los carburos metálicos contenidos en las profundidades del suelo,
darían hidrocarburos acetilénicos de cadena corta, que se transformarían en hidrocarburos
saturados, cada vez más complejos, polimerización y condensación.
Así es como una hipótesis, emitida por Sabatier y Senderens, hace
intervenir una reacción catalítica con fijación de hidrógeno, en presencia de
metales como el níquel, en estado muy dividido.
Algunos geólogos han pensado vincular la formación de aceites minerales a
fenómenos volcánicos: en efecto, los restos de terrenos eruptivos a menudo
contienen hidrocarburos, y el azufre, producto volcánico por excelencia,
constituye casi constantemente las tierras petrolíferas. Se comprueba también,
en el curso de las erupciones, un desarrollo de hidrocarburos gaseosos que
podrían polimerizarse en el curso de los fenómenos pos volcánicos. Pero esta
Hipótesis no encara la posibilidad de descomposición de los petróleos a la
temperatura de las bocas de erosión es muy elevado, y aunque se ha verificado
en algunos yacimientos (Caúcaso, Rumanía, Galitzia), no ha sucedido lo mismo en
las regiones petrolíferas del Canadá, Texas y Rusia del Norte.
Teoría Orgánica
Según el naturalista alemán Hunt, los petróleos se habrían formado en el
curso de los siglos por descomposición de plantas y de animales marinos. En
apoyo de esta hipótesis se invoca generalmente la presencia de tal gema y
restos orgánicos en los sondajes petrolíferos. La destilación bajo presión del
aceite de hígado de Bacalao o de cuerpos grasos provenientes de animales
marinos mostraría, según el químico Egler, que los petróleos se originan por la
acción del calor central, ejercido bajo fuertes presiones, sobre los cadáveres
fósiles de esos animales.
Apoyaría la hipótesis del origen animal de estos aceites el poder
rotatorio que posee la mayor parte de ellos, que probablemente se debe a la
presencia de colesterina. Desgraciadamente, los yacimientos de petróleo se
encuentran en terrenos antiguos donde la geología nos enseña que la vida se
hallaba muy poco desarrollada.
Teoría Microorgánica
Sería muy posible que las génesis de los petróleos derivasen, al menos en
parte, de formas animales y vegetales de organización muy primitiva como las
algas, diatomeas, los protozoarios (foraminíferas). La descomposición por el
agua del plancton marino, y sobre el Faulschlamn, de las profundidades
constituido por plantas y animales microscópicos, podría proporcionar petróleo
en ciertas condiciones. Lo que parece confirmar esta idea es la coexistencia de
antiguas líneas costeras o de formaciones marinas, con ciertos yacimientos.
En la actualidad se da más crédito a la hipótesis orgánica para explicar
la enorme cantidad de sustancias madres necesarias para la producción de miles
de millones de petróleo extraídas hasta el presente, ha sido menester como en
cierta época, un hundimiento o una brusca modificación de las condiciones de
vida que provoco la muerte de numerosos animales marinos. Para el químico
marino Mrazec, no sería extraña a la transformación de los restos orgánicos,
una acción microbiana anaerobia, y el biólogo francés Laigret ha demostrado que
el bacillus Perfringens puede producir fermentaciones, dando metano e
hidrocarburos análogos a los petróleos.
Teoría Convencionalmente aceptada
La composición química del petróleo (con 95 a 99 por ciento de carbono o
hidrogeno) no implica forzosamente un origen orgánico. No obstante,
generalmente se le considera así por dos razones:El petróleo tiene ciertas propiedades ópticas y el petróleo contiene nitrógeno y ciertos compuestos (porfirinas) que
únicamente pueden proceder de materiales orgánicos.
Por otra parte, el petróleo casi siempre se encuentra en rocas sedimentarias
marinas. En efecto el muestreo realizado en algunos del fondo de los mares
sobre las plataformas continentales ha revelado que los sedimentados de grano
fino que están acumulándose hoy día contienen hasta 7 por ciento de materia
orgánica que es potencialmente apta desde el punto de vista químico para
transformarse en petróleo. En este hecho vemos una aplicación más del principio
de uniformidad.
Aunque las etapas de formación del petróleo apenas si se conocen, la
teoría que se expone a continuación está ampliamente difundida y apoyada por
superficies hechas como para estar, al menos un tanto cerca de la verdad.
La materia original consiste en organismos marinos simples,
principalmente plantas que viven en abundancia en la superficie y cerca de la misma.
Ciertamente no falta tal material: la observación y las medidas practicadas
indican que los mares producen cuando menos 400 kilogramos de materia proteica
por hectárea cada año y en las aguas más productivas cerca de la orilla crecen
hasta 2.5 toneladas por hectárea al año. Esta última cifra representa más de lo
que podría cosechar el rancho o la granja más productiva.
La materia orgánica se acumula en el fondo, sobre todo en cuencas donde
el agua está estancada y es pobre en oxígeno y en consecuencia los animales
necrófagos no devoran la sustancia orgánica ni esta se destruye por oxidación.
En cambio, sufre el ataque y la descomposición por bacterias, que separan y
eliminan el oxígeno, nitrógeno y otros elementos, dejando el carbono y el
hidrogeno residuales. Los sedimentos ricos en materia orgánica actualmente en
proceso de acumulación, están llenos de bacterias.
Al sepultarse profundamente bajo sedimentos más finos que se depositan
posteriormente, se destruyen las bacterias y se aportan presión, calor y tiempo
para que puedan verificarse los cambios químicos posteriores que convierten las
sustancias orgánicas en gotitas de petróleo líquido y en minúsculas burbujas de
gas.
La compactación gradual de los sedimentos que las contienen a
consecuencia de su peso cada vez mayor, reduce el espacio entre las partículas
de roca y expulsa el petróleo y gas hacia las capas cercanas de arena o
arenisca, donde los poros son más grandes.
Ayudados por su menor peso específico que les permite flotar y quizá por
la circulación de las aguas subterráneas, el aceite y el gas generalmente se
mueven hacia arriba a través de la arena hasta que alcanza la superficie se
disipan o bien, hasta que se detiene y acumulan una trampa y forman un
yacimiento.
Teoría Microorgánica
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